Tórtola Europea Streptopelia turtus La Tórtola Europea
Streptopelia turtur
es la más grácil de las palomas y también la más pequeña y de plumaje más
vistosamente coloreado. Las plumas cobertoras alares tienen en conjunto un
tono
pardo rojizo no empañado por el centro negruzco de las plumas ni por el
tono más parduzco de la espalda. La cabeza tiene color gris ceniza azulado,
más pálido en la frente y ceniciento en el píleo. En la nuca hay un tinte
gris parduzco bien definido. Las plumas primarias de las alas son marrones y
las secundarias negras bordeadas de color canela rojizo. El
cuello, pecho y la garganta, poseen un característico y suave color rosado
vinoso y a cada lado del cuello hay 3-4 rayas negras bordeadas de blanco. La
cola es larga y cuando la extiende muy notoria su gradación con la pareja
central de rectrices de color pardo grisáceo y las restantes negras teñidas
de gris y puntas blancas, color que en las externas coge también su borde
exterior. Los flancos son gris azulados y poseen un ligero tinte rosáceo.
Casi la mitad del vientre y las plumas infracobertoras caudales son blancas.
El pico negruzco tiene el extremo amarillento; las patas y los pies son rosa
oscuro y el iris de los ojos amarillo o pardo amarillento con una zona
estrecha orbital de piel desnuda de color rosáceo. Las tórtolas jóvenes se
distinguen bien con su plumaje por encima de color pardo grisáceo, lo mismo
que el pecho y la garganta que carecen de la tonalidad rosada de los
adultos. Sin embargo, este color lo adquieren antes de marchar a Africa,
mudando parcialmente las plumas del cuerpo entre julio y septiembre. Vuela con gran rapidez,
batiendo las alas con ligereza, pero de una forma inconfundible. Prefiere
campo abierto con pocos árboles y todo lo más con grandes arbustos. Es, por
lo tanto, poco dada a permanecer mucho tiempo en el interior del bosque y
prefiere laderas arboladas desde las que pueda divisar una buena campiña.
Casi siempre la vemos en parejas, pero en migración puede formar bandos
considerables. Más a menudo también en pequeñas partidas que comen en el
suelo y pueden observarse incluso en las carreteras y caminos. Algunas veces
solitaria, normalmente antes de establecerse para criar. La Tórtola Europea es ave
migradora que llega a la Península Ibérica a partir de la mitad de abril,
pero sobre todo en mayo. En estos días de primavera se escucha por todos los
sotobosques y en gran parte de la campiña su monótono, pero agradable,
arrullo. Este es esencialmente un runruneo que repite casi siempre 3 veces y
suena como ¡¡rruurrrr, rruurrrr, rrurrrr!! A menudo reitera este canto
después de muy cortos intervalos y con mayor excitación las series son de
4-5 ronroneos seguidos. Hay, no obstante, considerables variantes en la
emisión, dependientes del estado de ánimo del pájaro y los sonidos pueden
ser más cortos o intercalar frases cortas entre las largas. Lo que sí es
invariable es el tono monótono y machacón que hace parecer a estos pájaros
como incansables en sus manifestaciones vocales. Durante el celo los
runruneos son continuos y los machos realizan ante las hembras una serie de
reverencias, subiendo y bajando el cuello en rápida sucesión con el pico
ligeramente inclinado hacia abajo. Estas representaciones efectuadas en el
suelo o sobre la rama de un árbol se combinan con vuelos verticales con
rápido batidos de alas y descensos al mismo posadero, normalmente en
presencia de la hembra. La oportunidad de ver estas demostraciones no es
grande ya que la mayor parte de las tórtolas en cuanto se establecen
comienzan inmediatamente la reproducción, por lo que el cortejo dura pocos
días. La Tórtola Europea arrulla desde que llega a Iberia a finales de abril
o primeros de mayo hasta la mitad de agosto. La dieta alimenticia es
totalmente vegetal, aunque no hay que descartar la captura de algunos
moluscos pequeños y en primavera y verano quizá también de insectos.
Probablemente más del 95 por ciento de su alimentación tiene origen vegetal;
normalmente los granos de cereales y las semillas de innumerables plantas
silvestres constituyen la base principal. Es muy voraz con semillas
pequeñas, picoteando incansable en cuanto encuentra una zona bien
abastecida, pero llenándose en seguida con granos de mayor tamaño.
En las experiencias que se han realizado con tórtolas en cautividad, se ha
notado que es un pájaro que necesita muy poco volumen de alimento, aunque
hay que admitir que las condiciones no son las mismas y en los días que
preceden a la emigración, su aumento de peso, subsiguiente a una
alimentación más rica y variada, debe de ser considerable. Su adaptación es
grande a cualquier tipo de alimento y aun poseyendo un suministro de comida
rico en calorías y variado, no dudan en lanzarse sobre la «novedad» que
puede ser un nuevo cultivo en la zona, una planta exótica e incluso en la
carretera pan y sobre todo menudas piedrecillas que indudablemente ayudarán
a la digestión. En las extensas plantaciones que ahora hay en España de
girasol Helianthus annus se ven ya numerosas tórtolas picoteando y
extrayendo las semillas. En cautividad nunca han mostrado interés alguno por
los insectos y las lombrices de tierra parecen incluso hasta asustarlas. Desde
la mitad de mayo en adelante comienzan a construir el nido en un árbol o un
gran arbusto. En el Norte, concretamente en la zona Cantábrica son escogidos
con preferencia laureles Laurus sp. bien desarrollados y frondosos y
también «espineras»: Espino negro y Espino blanco a los que acuden año tras
año con rara querencia. También en denso matorral de Zarza
Rubus sp.
donde lógicamente están a muy baja altura. También en gran variedad de
especies arbóreas: encinas, alcornoques, álamos, hayas, robles, coníferas,
etc., y a alturas que van desde casi el nivel del suelo hasta 30 metros,
pero a partir de los 10 metros son muy raros y la mayoría están construidos
entre 2 y 5 metros. Algunas veces utilizan un árbol frutal, un manzano o un
peral y en Asturias se ven muchos en avellanos Corylus avellana. El
nido es una muy somera construcción plana de palos secos y raíces, malamente
forrados por dentro con otro material más fino, pero de igual origen y a
menudo pelos o crines. Cada puesta comprende normalmente 2 huevos de color
blanco con poco brillo. Alguna vez se encuentra un solo huevo en los nidos y
muy pocas 3. Jourdain para 100 huevos de origen británico obtuvo un promedio
de 30,7 x 22,98 mm. con un máximo de 33,4 x 23,8 mm. y uno mínimo de 27,7 x
22 mm. D'Almeida para 8 huevos colectados en Portugal da un promedio de 28,2
x 22 mm. con extremos de 28,2 a 30 x 21,1 a 23 mm. Ambos sexos se turnan en
la incubación que dura 13-15 días. Los
pichones al nacer están cubiertos parcialmente de un plumón amarillento
pálido o pajizo claro. Ambos adultos los alimentan con la «leche de pichón»
como las demás palomas y pronto se desarrollan, pero su aspecto es siempre
muy mortecino y carecen de la vivacidad de otros pájaros. Del nido salen a
los 10 días, aunque todavía tardan en poder volar no menos de 34 días más.
Para entonces son ya muy activos y da la impresión como si hubiesen
despertado de un sueño de 20 días. A partir de los 9-10 días comienzan los
padres a darles granos y semillas ablandados en el buche y después de los 30
días de edad los jóvenes pasan mucho tiempo en el suelo picoteando
piedrecillas y granos. Algunos lugares donde los vemos picotear con
fruicción no contienen alimento vegetal por lo que presumiblemente en esta
época deben comer gran cantidad de piedrecillas. Como norma general cada
pareja de tórtolas cría dos veces en la temporada, pero las que se retrasan
en la primera puesta o bien continúan criando hasta entrado agosto o
solamente hacen una cría. En el
Continente europeo la Tórtola Europea falta solamente en Escandinavia e
Islandia, es local o esporádica en el sudeste de Éscocia e Irlanda y abunda
en el resto de los países. En Baleares existe otra raza separada por Vaurie
como subespecie arenicola idéntica a la que ocupa el noroeste de
Africa, pero ligeramente más pálida en la coloración general del plumaje y
de menores proporciones que la raza tipo turtur de Europa. Para esta
raza Vaurie da en 20 machos una medida alar media de 178 mm. (173-182) y
para arenicola
del noroeste de Africa, también en 20 machos medidos, un promedio de 173 mm.
(166-180). La
Tórtola Europea es uno de los pocos pájaros migradores que se alimentan casi
exclusivamente de semillas y como es abundante, sus pasos de primavera y
otoño son espectaculares en todas partes. Su área aproximada de invernada es
el Africa Tropical. Siguiendo a Moreau (1972), hay que convenir que la
determinación de las zonas exactas donde las tórtolas procedentes de Europa
y norteafricanas invernan no es fácil, si tenemos en cuenta que en muchos
países del Continente negro se mezcla con las poblaciones nativas y resulta
difícil a simple vista la diferenciación. No obstante, se sabe que en
Senegal un importante número de tórtolas alcanzan la parte más baja del río,
habiéndose registrado una llegada excesivamente temprana el 24 de julio.
Después de septiembre ni una sola fue encontrada en los 40 km. cuadrados de
estepa de acacias examinada regularmente (Moret, 1968). En febrero, después
de la cosecha del arroz, de 150.000 a 450.000 tórtolas llegan a aquellos
campos que tienen una extensión de 6.000 Ha. Los bandos posados en las
acacias son espectaculares y en un sólo árbol puede haber un centenar. Pero,
¿dónde han pasado realmente el invierno estas tórtolas? Muchas son vistas
también en el norte de Nigeria, en Tchad y el Cameroon. Algunas en Gambia
donde los pasos son muy acusados y en el otro extremo, en el Sudán y
Abisinia son comunes. En todos estos lugares los pájaros prefieren campos
con árboles dispersos y se mantienen siempre cerca de abrevaderos. En la
Península Ibérica los pasos de la Tórtola Europea son bien conocidos y
relativamente fáciles de observar. A partir de los últimos días de agosto se
nota ya el paso en el País Vasco, volando los pájaros con dirección
francamente Oeste y Sudoeste. Muchas siguen la línea costera, pero el flujo
hacia el Sudoeste es mayor. En todo el Cantábrico y Golfo de Vizcaya se
aprecia la llegada de tórtolas procedentes de la mar. En días nublados y con
niebla baja o fuerte lluvia, son muchísimas las recogidas por todos los
buques que navegan por el Golfo de Vizcaya desde el Pequeño y Gran Sol hasta
las costas de Galicia. La entrada en Asturias y Santander es algunos días
masiva y existen lugares donde invariablemente entre los días 8 y 15 de
septiembre son muchas las tórtolas que se ven posadas en matorrales y
laureles. Antes, en agosto, también llegan numerosas a la costa Cantábrica.
Por Galicia y norte de Portugal el paso es muy grande y los cazadores de
tórtolas con red o «roleiros» son bien conocidos, capturando anualmente
varios millares. Muchas siguen por la costa hacia el Sur hasta el Algarve
portugués y de allí, atravesando el mar, llegan a las costas occidentales de
Marruecos. El paso primaveral transcurre más intensamente al oriente de una
línea que uniría Huelva con la provincia de Santander. Sin embargo, también
en la costa Cantábrica son muy numerosas en el paso primaveral y no hay duda
que además del flujo principal a oriente existen otros no desdeñables al
Oeste. En Asturias no parece apreciarse más diferencia entre los pasos de
otoño y primavera que la ocasionada por condiciones meteorológicas
desfavorables para los pájaros. En mayo es en esta región tan popular que
recibe un nombre bien significativo: «Palomina de mayo». Por Guipúzcoa pasan
a partir de la mitad de abril y con viento Sur se ven volando muy bajas,
dispersas, en parejas o en bandos de 50 individuos. Los pasos en las Landas
francesas se acusan extraordinariamente y enumerar sus vicisitudes allí
haría interminable este estudio. Muchas de las tórtolas anilladas en la
Estación Ornitológica portuguesa de Mindelo (Norte del país) en agosto y
septiembre se han recuperado en Alemania, Bélgica, Inglaterra y Francia, lo
que prueba la procedencia extrapirenaica de muchas de las tórtolas que
vuelan sobre el occidente peninsular en cuyo flujo irán sin duda integradas
las nativas del norte ibérico. Parece claro por otro lado, que la entrada
primaveral por las provincias andaluzas alcanza las costas levantinas y en
ellas se ven grandes cantidades, sobre todo con vientos del Oeste que
incluso las alejan de tierra. Las capturas masivas por diversos medios en
todos los países alcanza también a Iberia y en las provincias andaluzas son
millares las tórtolas capturadas anualmente, lo mismo que en algunas del
Norte. La llegada de estos pájaros a la provincia de Cádiz, siguiendo luego
el valle del Guadalquivir, es verdaderamente espectacular, pero no va mucho
más allá de Huelva y su provincia y parece escasa la presencia de estas aves
en Portugal, por lo menos no comparable al contingente enorme que se observa
en agosto y septiembre. La Tórtola Europea se reproduce bien en Iberia y su densidad es más acusada en la mitad Oeste donde ocupa extensos encinares, alcornocales, hayedos, pinares, etc. Pero sobre todo alcanza una notable densidad en las provincias españolas de Extremadura, Toledo, Salamanca, Ciudad Real, Córdoba, Huelva, Sevilla, Cádiz y las de Alemtejo en Portugal (Alto y Baixo). La serranía típica española de las provincias del Sudoeste es un habitat rico en tórtolas. Allí entre los intrincados arbustos son innumerables las parejas que crían. En la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica su densidad es menor, pero no falta en los bosques de hayas y robles y también en plena campiña cerca de la costa, donde están las parejas muy dispersas. En la mitad oriental de España, la densidad es francamente baja, pero anida también en pinares y sotos fluviales y hay localmente poblaciones importantes lo mismo que sucede en el Pirineo. |