Tarabilla Europea Saxicola rubicola Con su capucha negra el
macho de la Tarabilla Europea Saxicola rubicola es un pájaro
inconfundible. La cabeza, garganta, nuca y espalda son negras en plumaje
primaveral. Las plumas de la espalda
ligeramente estriadas o manchadas de
pardo o marrón. Las alas y la cola son marrones y las plumas cobertoras de
la cola y el obispillo son blancos. Aquéllas tienen el centro negro y las
puntas rojizas. Las cobertoras alares son en gran parte blancas formando una
mancha alargada, no visible con alas plegadas, y que el pájaro utiliza como
señuelo durante el cortejo nupcial, siendo capaz de erizar las plumas de
manera que toda la superficie blanca interior y exterior queda al
descubierto. Los lados del cuello también son blancos y forman como un
collar que casi se une detrás de la nuca. El pecho, los lados del vientre y
los flancos son de color castaño rojizo, algunas plumas con líneas estrechas
pardas. El centro del vientre y las plumas infracobertoras de la cola son
beige pálido. Este plumaje es adquirido por muda completa en
agosto-septiembre. Hay, sin embargo, considerable variedad en la coloración
y tono de los plumajes de los machos cuando empieza la época de la
reproducción. Algunos sorprenden por tener muy poco oscuro el capuchón de la
cabeza. La mayoría, sobre todo los que tienen el plumaje más gastado,
pierden bordes oscuros en plumas blancas o bordes pardos en plumas negras y
esto proporciona un gran contraste, de manera que los machos de Tarabilla
que observamos con un vestido más llamativo es porque tienen el plumaje más
gastado. La hembra es un pájaro
con el color mucho más apagado y en las primeras semanas del verano no
resulta fácil separarlas de las jóvenes nacidas en la primavera en una
somera observación. Sin embargo, viéndolas de cerca se aprecia una riqueza
de matices no muy inferior a la del macho. La cabeza y la espalda son de
color pardo rayado de negro y a los lados del cuello tiene unas manchas
alargadas blancas que casi se unen en la garganta negruzca. En las plumas
cobertoras alares se notan más que en los machos las manchas blancas, salvo
en determinadas situaciones durante el celo o al cebar a los pollos.
Indudablemente las puede hacer más notorias a voluntad, igual que los
machos. Sobre los ojos y naciendo en la base del pico se aprecia difusa una
raya más clara, beige en algunas, que es distintivo bueno para separarla de
la Tarabilla Norteña Saxicola rubetra con línea superciliar muy
nítida y ancha. Las partes inferiores son pardo ocráceas. Carece de
obispillo blanco y la cola es marrón. Ambos sexos tienen tarsos finos y
éstos y los pies son negros así como el pico. El iris de los ojos es pardo
negruzco. Las jóvenes tarabillas
son negruzcas encima con rayado beige o pardo y hay numerosas zonas con
tonos rojizos. Los machos ya tienen la cabeza más oscura. Las partes
inferiores son en ambos sexos gris parduzco o beige manchado de negro en la
garganta y el pecho más rojizo con manchas negras mayores. Observando
atentamente estas jóvenes tarabillas se distinguen los sexos por la falta de
blanco en las cobertoras alares en las hembras, mientras en los machos ya se
aprecia aquel color. La Tarabilla Europea es uno. de los pájaros más
inquietos de la avifauna Ibérica. Se posa siempre al descubierto en topes de
postes, ramas altas de arbustos, alambres de cercas, del tendido eléctrico,
en vallas, ramas de árboles de no gran tamaño y en muros de piedra, o
piedras que sobresalen del campo o están sueltas sobre prados o caminos.
Mueve la cola continuamente, más bien la agita y sacude las alas. Se
mantiene siempre erguida, aunque también cuando lleva varios minutos en el
mismo posadero su postura recuerda al de la Tarabilla norteña, notándose
entonces lo corta que es la cola y dándonos la impresión de tener una cabeza
desproporcionadamente grande. Desde su posadero se lanza continuamente al
suelo a coger un insecto o realiza un rápido y acrobático vuelo para
capturar con habilidad una mosca, mosquito o mariposa que pasan cerca,
volviendo normalmente al mismo lugar. Constantemente emite una nota áspera
de aviso que podría representar por un áspero y bajo ¡¡charr-charr!! o
también ¡¡irs-tra-tra!! Incluso fuera de la época de la cría ambos miembros
de la pareja se mantienen cerca uno de otro. Rara vez a mayor distancia de
50 metros y con frecuencia a no menos de 15 metros. Si una de ellas vuela al
ser molestada por nuestra presencia, la otra pronto la sigue, pero ambas
vuelven inmediatamente al lugar o pequeño territorio del que no se mueven
durante todo el invierno e incluso primavera, pues existen muchas parejas
que pasan toda su vida en una reducida zona no más extensa de 1000 metros
cuadrados. Otras parejas, presumiblemente invernantes no nativas, vagan por
la campiña y se mueven de un lugar a otro dentro de una más extensa zona.
Tanto su nota de alarma o aviso como la costumbre de posarse en palos,
postes y otros lugares prominentes, le han valido a la Tarabilla una serie
de nombres populares ciertamente curiosos. Así Cagamangos, Cagaestaques,
Birchu, Istra, etc. En un campo recientemente arado en el otoño pueden
concentrarse varias parejas que capturan entre la tierra toda una gran
variedad de insectos y sus larvas. Aunque se la puede ver a menudo cerca de
agricultores, animales domésticos y casas de campo, es un pájaro tímido que
no permite la aproximación de los observadores más cerca de 6-8 metros. Al
volar lo hace solamente por cortas distancias, normalmente de un arbusto a
otro, sacudiendo las alas al posarse y moviendo la cola mientras lanza su
voz de alarma. Rara vez en vuelo largo, y cuando así lo hace se desplaza con
gran rapidez. Muy frecuentemente se las observa al anochecer cazando
insectos. Su actividad se prolonga en el verano hasta bien tarde y también
es de los primeros pájaros en iniciar sus actividades al amanecer. Sus
grandes ojos deben indudablemente favorecer estas costumbres crepusculares.
Aun posándose al descubierto, casi siempre notamos su presencia antes por su
voz que viéndola. No es raro que se mantenga muy quieta en su posadero hasta
que estamos cerca. La Tarabilla Europea
prefiere campo abierto, praderas con arbustos y matorrales dispersos, bordes
de caminos y carreteras, campos despejados con cercas, dunas, costas y sobre
todo tojares y márgenes de marismas. El Tojo Ulex europaeus es una
planta que siempre está asociada con la Tarabilla. Su densidad es mucho
mayor en zonas costeras que en valles y laderas del interior. Aquí mantienen
las parejas densidad similar a la que poseen en zonas de montaña. En éstas
superponen su hábitat con el de la Tarabilla Norteña, siempre más escasa. Su
número fluctúa de unos años a otros, probablemente por causas naturales
entre las que no debe ser la menor, las condiciones meteorológicas
desfavorables con lluvias, granizo y repentinos descensos de temperatura tan
frecuentes en los primeros días de abril cuando estos pájaros han comenzado
la reproducción. Con el objeto de estudiar
la densidad de ésta y otras especies en una zona costera norteña se realizó
un censo de parejas establecidas en una extensa área de los porreos de la
ría de Villaviciosa (Asturias) en 1973 (Noval, 1974). Los porreos son
terrenos rescatados al cauce del estuario por la simple construcción de
diques de piedra suelta o cárcovas. Algunos de ellos se inundan en pleamares
vivas; la mayoría se encharcan con las grandes lluvias y, en general, la
humedad y salinidad del suelo son muy grandes. Actualmente están destinados
a pastizales del ganado vacuno y caballar. En sus linderos crecen abundantes
matorrales de Rubus sp. y Pyracantha sp. Donde la salinidad es
mayor, el suelo está cubierto de bien desarrolladas plantas de Juncus.
En muchas zonas, al borde de las cárcovas o diques y en las orillas, crecen
grandes matas de Tamarix gallica. Cuando la mayoría de las parejas ya
habían comenzado la construcción de sus nidos, incluso algunas de Tarabilla
Común cebaban pollos, se realizó el censo definitivo (13 de mayo). La zona
elegida forma un rectángulo de 200 x 1500 m aproximadamente. En ella se
contaron 10 parejas en plena reproducción lo que daba un promedio de 0,33
por Ha. Las primeras nidadas se suelen malograr, porque al estar la hierba
poco crecida y los nidos habitualmente en el suelo, los huevos y los pollos
son fácil presa de ratas Rattus norvegicus especialmente y nutrias
Lutra lutra
que abundan en el canal que corre a lo largo de los diques. Sin embargo, en
lugares arenosos en las cabeceras de las playas se supera la densidad de
parejas por Ha. Saxicola rubicola canta suave
e insistentemente desde marzo hasta finales de junio y menos ya en la
primera semana de julio. Esporádicamente se escucha su canto en febrero,
pero siempre coincidiendo con extraordinarios días de sol y temperatura
benigna. A últimos de julio y en agosto es muy ocasional. El canto tiene
cierto parecido con el del Acentor Común Prunella modularis, pero hay
en él un tono característico e inconfundible. Realmente es una simple
repetición de dos notas trinantes que es dificil de expresar por escrito y
que mezcla con cortos gorjeos apenas audibles. Cada emisión no dura más de 3
segundos si el pájaro está posado en un arbusto o un poste, aunque la repite
insistentemente. Si lo hace al vuelo, situación frecuente desde finales de
marzo hasta la última semana de abril y nuevamente en los últimos días de
mayo, dura más, normalmente 4-6 segundos. Los pájaros se mantienen próximos
y ante cualquier peligro se llaman con duros y sonoros ¡¡is-tra-tra!! o
¡¡is-tra!! y también ¡¡juit-cha!! o ¡¡juit-tsak-tsak!! Las tarabillas
jóvenes son muy ruidosas y alarmistas en cuanto observan a alguien
acercarse, pero se vuelven silenciosas en cuanto se dispersan y abandonan el
territorio de los padres. Se alimenta de insectos
fundamentalmente. Jourdain relaciona Coleóptera (Tachyporus, Stenus,
Notiophilus, Helophorus, Curculionidae, etc.) y sus larvas; Lepidóptera
y sus larvas (incluyendo larvas de Noctua y Arctia); Diptera,
Hymenóptera, Dermaptera, etc. También arañas, gusanos y sus huevos. En los
nidos se ven siempre muchas alas de mariposas diurnas y nocturnas y los
adultos las capturan continuamente con gran habilidad. Ocasionalmente come
también semillas. Las parejas de Tarabilla
Europea se mantienen unidas todo el año y a partir de los últimos días de
febrero no son infrecuentes las manifestaciones de celo en los machos que se
elevan verticalmente cantando con fuerza. Al posarse cerca de la hembra las
plumas blancas de las alas, que normalmente quedan ocultas, son puestas de
manifiesto y parecen como abultadas y muy extensas, de tal manera, que casi
se unen con las de los lados del cuello que forman como una bufanda
algodonosa. Al producir con las alas una vibración y bajarlas ligeramente
deja al descubierto el blanco obispillo y las plumas supracobertoras
caudales. Las hembras tienen a menudo más notorias las manchas blancas de
las alas, pero durante la época de la reproducción éstas y las plumas de los
lados del cuello son también especialmente notorias. La nidificación comienza
muy temprano. Muchos nidos pueden estar totalmente construidos pocos días
después de San José (19 de marzo). SE observa que hay zonas donde las
parejas que las habitan inician antes la construcción de los nidos
invariablemente todos los años, mientras que en otras la reproducción no
comienza antes de abril. En promedio se observa anualmente, como fecha de
terminación en la construcción de los nidos, el 6 de abril en la zona
Cantábrica. La mayor parte de los nidos están en el suelo o muy cerca de él.
Ocasionalmente en un arbusto con densa vegetación. Muy a menudo aprovechan
un pequeño talud en un prado o una simple inclinación del terreno. Otras
veces se ven en la parte alta de un muro de piedra que está contra el
terreno. Allí en un agujero que se ha formado al caer una piedra, hacen el
nido a una altura de 90 cm del suelo. Solamente la hembra lo construye, pero
el macho la acompaña hacia el nido con relativa frecuencia cuando transporta
material, aunque no interviene. Como con frecuencia aprovecha un hueco en la
tierra al pie de un arbusto, en éste se suele posar el macho para vigilar.
Normalmente el nido está muy oculto entre la hierba y casi siempre al fondo
de un pequeño túnel que el pájaro forma en la hierba apelmazada quedando por
encima como una cúpula, domo o visera. Aquí y allí existen lo que podemos
llamar semicolonias de parejas de tarabillas que en un área ocupan todas
juntas una determinada zona. Walpole-Bond se refiere también a esta
costumbre y comprobó densidades de 20 parejas establecidas en un territorio
de 800 metros cuadrados. Sucede con relativa frecuencia que en un extenso
campo, marisma o tojar, las tarabillas se establecen en línea y en una
longitud de 100 metros pueden ser encontrados de 4 a 6 nidos. Estos están
formados fundamentalmente por hierba seca, musgo y briznas de lana y tienen
el interior bien forrado con pelos y alguna pluma. Tan aplastado está en el
suelo que parece a simple vista pequeño, pero al retirarlo sorprende su
volumen y la gran cantidad de material que se ha acumulado allí. La puesta
normal es de 4-5 huevos. Más corrientemente 5, algunas veces 6 y raramente
7. En ocasionales terceras puestas en la misma temporada, puede haber en un
nido 3 huevos solamente. Su cáscara es lisa y tienen poco brillo. El color
es verdoso azulado, algunas veces muy pálido y siempre, o casi siempre,
manchado con puntos y pecas de color pardo rojizo. Jourdain para 100 huevos
colectados en Gran Bretaña obtuvo un promedio de 18,95x-14,39 mm con un
máximo de 20,6 x 15,7 mm y un mínimo de 17 x 14 mm. Verheyen da para 100
huevos recogidos en Bélgica una media de 19,5 x 14,3 mm y D´Almeida para 21
del norte de Portugal obtuvo un promedio de 18,4 x 14,4 mm, con extremos de
16,9 a 19,6 x 13,9 a 14,9 mm. La mayoría de las puestas están completas en
la mitad de abril. La incubación corre a cargo de la hembra, aunque hay
algunas observaciones de machos incubando, bien es verdad que por cortos
intervalos (Walpole-Bond, 1938). A los 14 días (14-15 Walpole-Bond y
Harrison; 13-15 Verheyen) nacen los pollos que tienen plumón pardo grisáceo
solamente en la cabeza y espalda, muy largo, pero escaso. El interior de la
boca es amarillo y no hay puntos oscuros en la lengua. Ambos adultos los
alimentan, más a menudo la hembra. El macho suele llegar al nido mientras la
hembra está en él y le pasa los insectos y las mariposas que trae en el pico
para que ella cebe. La acción, curiosamente, es violenta y en la práctica la
hembra arrebata el cebo a su pareja. Durante 12-13 días permanecen en el
nido los pollos, saliendo de él colicortos y escondiéndose entre la hierba,
pero a los 4-5 días más ya se encaraman en los arbustos no siendo
independientes hasta que cumplen por lo menos un mes. Lo normal es que la
Tarabilla críe dos veces en cada temporada. Sin embargo, se han comprobado
tres puestas y el canto de los machos puede ser escuchado ocasionalmente en
los primeros días de agosto. Generalmente hablando, los nidos de la
Tarabilla Europea son fáciles de descubrir si se tiene paciencia para observar
desde lejos a los adultos. La conducta de
Saxicola rubicola en los nidos o cerca de ellos es parecida a la de
Saxicola rubetra. Walpole-Bond señala una curiosa diferencia, sin
embargo. Cuando la hembra de Tarabilla Europea deja el nido para comer va
siempre acompañada por el macho y, cuando regresa, no va a él directamente
bajando desde un posadero próximo, sino que se cierne a una altura de 1
metro del suelo, batiendo con rapidez las alas durante unos segundos antes
de posarse. La mayor parte de las
jóvenes tarabillas comienzan a dispersarse poco más o menos un mes después
de dejar el nido. Se observan con relativa frecuencia concentraciones de no
más de 5-6 de estas jóvenes en lugares costeros. En la Península Ibérica y
en Baleares parece ser en gran parte una especie sedentaria sujeta
probablemente a trashumancias invernales. De más de un millar de
anillamientos realizados aquí, casi todas las recuperaciones fueron
efectuadas al siguiente año en el mismo lugar. Sin embargo, nuestra
población se ve incrementada por tarabillas procedentes de diversos países
europeos que pasan aquí los meses invernales. Un cierto paso otoñal se
observa ya en los últimos días de agosto en Guipúzcoa, aunque es difícil de
detectar debido a la nutrida población nativa. En Cabo Higuer (Fuenterrabía)
y en todo el estuario del río Bidasoa, este pájaro es notoriamente más
abundante en septiembre que durante el resto del año. En la mitad occidental
Ibérica Saxicola rubicola es
extraordinariamente abundante a partir del mes de octubre. Pérez Chiscano
(1975) la considera como muy frecuente en cualquier sitio de la vega del
Guadiana (Badajoz). Las primeras se ven en los regadíos a finales de
septiembre y permanecen hasta la primera semana de abril. Una Tarabilla
anillada en Francia fue recuperada precisamente allí en octubre. Se trataba
de un pájaro del año. No son pocas las que alcanzan las costas del norte de
Africa y se nota en invierno el aumento de la población local. Las
recuperaciones de anilladas son numerosas todos los años y proceden
fundamentalmente de países de Europa Occidental. Saxicola rubicola tiene en
Europa una amplia distribución que, sin embargo, no alcanza a la zona más
septentrional del Continente. Sus límites al Norte son Dinamarca, Alemania
Oriental, Sur de Polonia y Rusia y falta completamente en Escandinavia e
Islandia. La subespecie típica europea Saxicola rubicola rubicola se
extiende por el Continente, es local en el norte y este de Alemania,
ocasional en Dinamarca y está reemplazada en Gran Bretaña y Portugal por la
raza rubicola hibernans con diferencias tan ligeras que no sé como se
pueden distinguir. Los ejemplares examinados por mí en Portugal, y fueron
muchos, no se podían separar de las tarabillas que se reproducen en Galicia
y el litoral Cantábrico. Vaurie (1959) señala que hibernans tiene las
rayas de las plumas de cabeza y espalda más oscuras, más pardo rojizas que
en rubicola
y, también para él, las partes inferiores son algo más oscuras. Realmente se
observan muchas variaciones individuales en la coloración tanto de machos
como de hembras. Probablemente en muchos casos la edad del pájaro debe tener
no poca influencia y quizá el biotopo que las parejas ocupan año tras año.
Walpole-Bond llegó a distinguirlas al examinar las puestas de huevos y,
atendiendo a su tonalidad, el número y la intensidad de las manchas, pueden
establecerse tribus con características peculiares. |