Ruiseñor Pechiazul

Luscinia svecica

El Ruiseñor Pechiazul medalla blanca Luscinia svecica cyanecula es la subespecie que se reproduce en montañas del centro de España. La descripción de los plumajes, de este pájaro resulta difícil por su enorme variación. Vaurie (1959) la considera como muy complicada. Existe variación clinal en algunos caracteres, pero a su vez hay mucha variedad local también entre una determinada población, cambios estacionales en la coloración y dimorfismo sexual en los machos de algunas poblaciones. El macho que podemos considerar como patrón tipo, tiene el plumaje del dorso de color pardo, algo más oscuro en la cabeza y en ésta destacan las anchas líneas blancas sobre los ojos que nacen en la frente o base superior del pico. La garganta y el pecho son de color azul vivo y bajo este hay una banda negra seguida de una muy fina blanca y otra acastañado rojiza. El vientre es blancuzco y las plumas bajo el nacimiento de la cola y los flancos están teñidas de pardo. La cola es otro importante rasgo para la identificación. Las 3 rectrices exteriores son negruzcas en el extremo y castaño rojizas en la parte superior. El pico y los ojos son pardos oscuros y las patas y pies pardo amarillentos. Después del verano la garganta es blancuzca con parte de color azul, negro, blanco y castaño, pero en considerable variación y muchas veces se distingue únicamente una faja pectoral oscura.

La hembra tiene diferente con el macho solamente el color de la garganta y el pecho. Hay una parte central blancuzca con bordes rayados de negro, formando una franja pectoral oscura y en variada extensión tiene también manchas azules y castaño rojizas.

Los pechiazules jóvenes son oscuros y muy rayados, recordando mucho al petirrojo joven Erithacus rubecula, pero la base de la cola es castaño rojizo en menor extensión que los adultos.

La mayor parte de los pechiazules observados en Guipúzcoa en paso primaveral, tenían la garganta y el pecho de color azul intenso, sin trazas de mancha blanca central, que únicamente se descubría cuando al cogerlos soplando las plumas, mostraba entonces que estas eran muy blancas en casi toda su superficie. Smith y Bernis (1956) realizaron una exhaustiva investigación sobre el diferente colorido del pecho de los pechiazules que se reproducen en las sierras de Guadarrama y Gredos. Su documentación es muy extensa y únicamente cabe reproducir aquí algunas de sus conclusiones. De 17 machos controlados allí, 12 tenían la pechera totalmente azul, salvo las típicas franjas que la bordean por debajo, 3 poseían una manchita blanca en el centro del azul y de los dos restantes, uno tenía en el pecho una muy amplia mancha pardo rojiza que al reclamar aparecía de color blanco y rojizo entremezclados otro poseía también en el centro del pecho una gran mancha de color pardo amarillento uniforme. Puede incluso haber confusión entre machos y hembras. Alguna de estas con extraordinario color, pudiera parecerse a un macho con la tonalidad y el diseño fuera del patrón normal que se expuso arriba. En el Museo de Ciencias Naturales de Madrid pueden examinarse las pieles de por lo menos 21 pechiazules, casi todas de la subespecie cyanecula y probablemente migrantes. De los 5 machos adultos, 4 poseen mancha blanca, uno no.

Se trata de un pájaro en general bastante escondidizo, muy dado a caminar por el suelo, en especial las hembras. Los machos cuando cantan se posan en el extremo de una rama de un pequeño arbusto o en un carrizo, pero las hembras rara vez salen al descubierto y es un buen triunfo para cualquier ornitólogo poder descubrirlas entre la vegetación. Sus actitudes recuerdan al petirrojo, pero camina más erguido, corre como una lavandera y se detiene también en posición como vigilante, permaneciendo un buen rato completamente inmóvil, a menudo pareciéndose a un zorzal. Si el observador se acerca corre por el suelo y se oculta entre la densa vegetación. Es poco dado a volar y si se le asusta lo hace por cortos trechos. Come al descubierto y mueve la cola arriba y abajo o a los lados, desplegándola y mostrando muy claramente la mancha castaño-rojiza de la parte superior de las tres rectrices exteriores.

En migración frecuenta marismas, carrizales y junqueras. También en vegetación húmeda que esté próxima a cursos de agua.

Durante la reproducción en España en las sierras de Guadarrama y Gredos ocupa matorral alpino de Piorno o Retamón Cytisus purgans con campo de Nardus stricta y Festuca sp. o en suelos rocosos, pero con el mismo tipo de matorral muy denso, tanto «que es posible andar sobre ellos trabajosamente sin pisar el suelo, como quien marcha por un rudo colchón» (Smith y Bernis, 1956). En estas sierras del centro de España vive a alturas de 1.800-2.200 metros en Guadarrama y de 1.900-2.300 metros en Gredos. En ambas y sobre todo en Gredos el hábitat de este pájaro se extiende por muchos kilómetros en el sentido longitudinal de las cordilleras, más en las umbrías que en las solanas. En Gredos otras dos matas de arbustos montanos se asocian al Retamón. Son estas Genista lusitanica y la Genista barnadesi.

La conducta escondidiza en grado sumo de las hembras del Ruiseñor Pechiazul impide realizar buenas observaciones de la reproducción y del alimento tomado en el suelo. Smith y Bernis en julio de 1956 pudieron observar más de 40 pechiazules, pero solamente 13 eran hembras. Los machos cantan mucho al descubierto y su voz es una breve estrofa, rica y variada en notas, donde suele destacar un ¡¡trr-trr-trr!! seco y no musical. Smith y Bernis oyeron canto que reproducía admirablemente el de la Perdiz Roja Alectoris rufa. El pechiazul emite a menudo un silbante ¡¡sit!! y si está alarmado un sonido algo parecido a otro del petirrojo o quizá del Colirrojo Real ¡¡sit-ke, sit-ka-ka-ka!!

El Ruiseñor Pechiazul fue descubierto criando por primera vez en la Sierra de Gredos por Witherby en 1927. A una altura superior a 2.000 metros y después de observar que el pájaro era allí común en el mes de junio, fue hallado un nido en la parte baja de un arbusto con un huevo y 3 pollos recién nacidos. La parte exterior del nido estaba formada por ramitas secas y el interior por hierba seca y raicillas y forrado del mismo material, pero mucho más fino. No tenía pelos, musgo ni lana. Era evidente que los huevos fueron puestos en los primeros días de junio y Witherby estimó entonces que el no ver hembras de pechiazul allí entre el 3 y el 10 de junio era debido a que estaban todas incubando. Lo mismo sucedió a Smith y Bernis en el mes de julio de varios años cuando probablemente ya eran pocas las que estarían incubando, lo que les hizo pensar si no serían hembras algunos de los muchos pájaros que habían identificado como machos. Esto no parece probable y sí más bien hay que destacar el carácter escondidizo de las hembras de pechiazul en toda época. La puesta varía, según Jourdain, entre 4 y 6 huevos, pero también 8 y 9 han sido encontrados. Su color es variable, generalmente gris verdoso con puntos pardo rojizos. Jourdain y Rey obtuvieron para 100 huevos un promedio de medidas de 18,9 x 14,2 mm. con un máximo de 20,5 x 14,5 mm. y un mínimo de 17,1 x 14,3 mm. Fuera de Iberia y ocupando el Ruiseñor Pechiazul zonas de nivel inferior las puestas son encontradas a partir de los primeros días de mayo. Sólo la hembra incuba durante 13-14 días, naciendo los pollos cubiertos en parte de un plumón gris pizarra.

La garganta es anaranjada y no tienen manchas oscuras en la lengua. Ambos adultos los alimentan con insectos, saliendo colicortos del nido a los 13-14 días o antes si son molestados. Si hay una segunda puesta en junio, los machos atienden sólo a los jóvenes de la primera nidada.

La alimentación del Ruiseñor Pechiazul parece en gran parte de origen animal. Captura muchos insectos en el suelo, pequeños coleópteros, insectos acuáticos y larvas, dípteros y sus larvas, lepidópteros, etc. También se citan en su dieta numerosos frutos de arbustos silvestres.

El pechiazul se reproduce localmente en el centro de Iberia, en Francia, Alemania, norte de Yugoslavia, Países Bálticos, norte de Escandinavia, Rusia y a través de Asia hasta Mongolia. La cría en las sierras de Gredos y Guadarrama ya ha sido descrita minuciosamente por Smith y Bernis y en este ensayo se han citado muchas de sus observaciones. Pero, además, hay otras realizadas por Ern, quien en agosto de 1963 encontró numerosos pechiazules en los matorrales de la Sierra de La Cabrera, al norte de la provincia de Zamora, siendo parte de ellos machos aún en canto. También a finales de agosto de 1962 y 1963 vio pechiazules en el macizo de los Picos de Europa, en la Cordillera Cantábrica. Esto ha dado lugar a que en numerosos mapas de distribución se incluyan estas zonas como de reproducción de esta especie. Las zonas parecen idóneas y la vegetación muy próxima a la del Guadarrama. Las observaciones deben continuar. Sí es numeroso en los pasos el pechiazul en las lagunas de Villafáfila (Zamora). Pero, de momento, como uno de tantísimos lugares a través de la geografía ibérica donde puede ser observado como migrante o invernando.

El paso primaveral de Luscinia svecica cyanecula se nota en Iberia a partir de los primeros días de marzo en el centro, sur y levante españoles. Más intenso parece en los extremos de los Pirineos y en Guipúzcoa, en los 15 primeros días de abril, ocupa zonas húmedas, marismas y riberas de canales con abundancia de juncos y carrizos secos. El mismo biotopo sirve para realizar muchas observaciones en los últimos días del verano, normalmente a partir de finales de agosto y más intensamente en septiembre. Este paso otoñal es intenso y notorio en la mitad oriental ibérica y menos notorio, pero no escaso, en el occidente como lo demuestran las continuas observaciones y las capturas de pechiazules anillados en Portugal. En la costa Cantábrica se ve diseminado y solitario en primavera y más numerosos y en pequeños grupos en septiembre.

Es invernante bastante numeroso en lugares favorables, carrizales, marismas y aguazales del centro, sur y levante ibérico. Erard y Vielliard (1966) lo ven en los arrozales desecados de la Albufera valenciana y en el Delta del Ebro en pleno mes de diciembre. También en lagunas de La Mancha y del Sur. Incluso se ha realizado una captura de uno anillado en Bélgica. Otras recuperaciones de pechiazules anillados en diversos países europeos, Bélgica, Alemania Occidental, Alemania Oriental, se han producido en pleno invierno en diversos puntos de la Península Ibérica. En las islas Baleares no es raro en migración por Mallorca y quizá en Menorca e Ibiza. En el norte de Africa, Balsac y Mayaud (1962) estiman un poco arriesgadamente que todos los machos de pechera azul uniforme que ven en Marruecos oriental (Muluya) son pechiazules españoles, precisamente por faltarles la mancha blanca en el pecho, carácter muy raro en los que se reproducen en el resto de Europa. ¿A qué población, pues, pertenecen los muchos pechiazules que sin mancha blanca en el pecho se ven en paso por la zona Cantábrica, Guipúzcoa sobre todo, los primeros 20 días de abril?

En el norte de Africa Tropical el pechiazul está ampliamente distribuido durante el invierno, aunque es forzosamente esporádico y local, puesto que su biotopo es necesariamente un lugar húmedo con densa vegetación (Moreau, 1972). También se informa como común en toda la zona de inundación del río Niger y en Senegal tanto cyanecula como svecica, incluso la primera en Mauritania. Evidentemente las dos subespecies viven juntas en el invierno.

El Ruiseñor Pechiazul medalla roja Luscinia svecica svecica es fácil de diferenciar por poseer una mancha de color castaño rojizo en el centro del pecho y éste y la garganta son azul intenso. Las hembras tienen parte de esta coloración, pero en todo tiempo su garganta es blancuzca y puede haber trazas de azul en el pecho y en las bigoteras o faltar casi completamente. Esta subespecie parece escasa en los pasos por la Península Ibérica, aunque hay algunas observaciones y pocas capturas de hembras supuestamente de esta raza. En los últimos días de abril se ve esporádicamente alguno con medalla roja. Es curioso resaltar que svecica pasa más tarde que cyanecula. Esta termina para el 20 de abril cuando ya es raro ver algún ejemplar y entonces son más notorios los individuos de svecica, que incluso se observan hasta el 8 de mayo. Existen pocas observaciones en los pasos a través de Iberia para esta subespecie y probablemente ninguna fidedigna invernal.