Chorlitejo Grande
Charadrius hiaticula El Chorlitejo Grande,
Charadrius hiaticula, es fácilmente identificado entre los limícolos,
porque su plumaje marrón por encima y blanco puro debajo, que se prolonga
desde la garganta, por la
espalda y alrededor del cuello, le da el aspecto
de llevar un collar, y por el pecho posee además una banda negra que llega
hasta los hombros. La frente es blanca y este color alcanza hasta detrás de
los ojos. Bajo éstos, presenta una pequeña raya negra que partiendo del pico
se prolonga hasta la nuca. El pico es muy corto, amarillo y con la punta
negra. Las patas también son amarillas, aunque como el pájaro anda entre el
limo, este color muchas veces queda enmascarado. Cuando el Chorlitejo Grande
vuela, se distinguen bien la franja alar y los bordes blancos de la oscura
cola. No es fácil distinguir los machos de las hembras. Estas, únicamente
parecen tener el plumaje menos marcado. Su voz, que emite frecuentemente
cuando se levanta y al volar, es un melancólico «tuulí» En su lugar de cría
y antes de la reproducción, los machos cantan con unos silbidos melodiosos
que a veces se pueden escuchar cuando los pájaros están en reposo en las
playas al comienzo de la primavera. Los jóvenes inmaduros carecen del
contraste del plumaje que proporcionan las rayas tan oscuras y marcadas y el
collar blanco, pues en ellos están muy difuminados y a distancia pueden
confundirse fácilmente con los chorlitejos patinegros Charadrius
alexandrinus. En Europa, el Chorlitejo
Grande se reproduce en toda Escandinavia, costas del Mar Báltico y del Mar
del Norte, incluyendo las costas occidentales de Gran Bretaña e Irlanda. En
Islandia y Groenlandia es especialmente abundante y en el resto de Europa,
solamente hay datos esporádicos de cría en puntos del Mediterráneo, Bretaña
francesa e islas del Canal de la Mancha. En España existen
observaciones efectuadas por ornitólogos extranjeros (Wallace y Sage, 1969),
quienes aseguran haber encontrado un nido con huevos en el río Ter (Gerona).
Pero los datos son poco seguros a pesar de la gran autoridad de estos
ornitólogos ingleses, y es precisa una posterior confirmación. También se
cita en Mallorca otro nido hallado por Munn en 1930-31, pero lo más probable
es que se trate de confusiones ocasionadas por observaciones someras. La
presencia de adultos durante junio y julio en la laguna de Gallocanta ha
sido confirmada por un grupo de ornitólogos aragoneses, quienes sospecharon
que los pájaros podían estar establecidos criando, pero no fueron
encontrados los nidos. En la revista de la S. E. O. Ardeola volumen 41 (1)
de Junio de 1994, en la sección, Noticiario Ornitológico, se cita como dato
excepcional, la cria en el delta del Ebro, en la periferia de la laguna de
La Tancada, el 26 de junio de 1993, se observa y fotografía un joven del año
que es acompañado por dos adultos.La escasez de la especie en época de
reproducción parece compensada por cierta abundancia comprobada en los
censos invernales realizados en 1968-69 en Portugal por Pagezy y Trotignon,
quienes estimaron un total de 4.666 chorlitejos grandes repartidos por las
lagunas de Aveiro y la desembocadura de los ríos Tajo, Mondego, Limia y
Sado. Paralelamente, en el censo realizado en España en el invierno de 1973
se comprobó la presencia de más de 700 pájaros de la especie, de ellos la
mayoría, 472, en las rías gallegas y el resto en Andalucía, Cataluña y
región levantina. Su hábitat preferido son
las playas arenosas o de guijarros, también las cubiertas profusamente con
conchas de moluscos, y las dunas y estuarios con el limo endurecido y seco.
Igualmente es frecuente en praderas de hierba corta cerca de la costa o en
las orillas de lagos y lagunas interiores. En el invierno gran cantidad de
chorlitejos grandes emigran hacia el Sur, especialmente si el tiempo es duro
y hay fuertes nevadas en el norte europeo. Entonces, las cifras dadas arriba
para invernantes en las costas ibéricas no hay duda que se verán muy
incrementadas, incluso con invernantes por determinadas zonas del interior.
Come sobre todo moluscos y pequeños crustáceos, pero también muchos dípteros
que captura con gran habilidad. Como otros limícolos,
para anidar tanto el macho como la hembra aprovechan un pequeño hueco en el
terreno ahondándolo aún más y redondeándolo, añadiéndole pequeñas piedras y
conchas. Los huevos, depositados a finales de abril y más corrientemente en
mayo, son de color amarillo pálido o pardo claro con puntos y manchas marrón
oscuro. También se han encontrado huevos de color blanco, pero
excepcionalmente. En general son muy difíciles de descubrir, porque con su
forma piriforme se parecen mucho a pequeños cantos rodados. La puesta no
suele superar normalmente los cuatro huevos y cinco es una cantidad
solamente ocasional. Este pequeño Chorlitejo es muy agresivo cuando está
emparejado o tiene el nido, y aprovechando esta faceta de su carácter se han
realizado experimentos sobre comportamiento animal, colocando en su
territorio otro chorlitejo de la misma especie naturalizado Las reacciones
inmediatas de la pareja fueron éstas: en pocos minutos el supuesto intruso
era desplumado y derribado. Los pollos, a las pocas
horas de nacer, después de 20-26 días de incubación por ambos adultos, dejan
el nido y agrupados se esconden entre las piedras o bajo la corta
vegetación. Los padres no se alejan de la zona y continuamente los llaman
con su silbido melodioso de forma que los mantienen agrupados y los protegen
con el cuerpo de la lluvia. Se ha anillado mucho esta
especie en toda Europa y, consecuentemente, han sido numerosas las
recuperaciones en Iberia a su paso hacia las costas occidentales de Africa y
Sudáfrica, donde inverna. También un buen contingente pasa los meses
invernales en el Mediterráneo, siendo a veces frecuente en las costas
españolas, aunque el censo realizado en 1973 no lo refleje muy claramente.
Parece ser que la mayoría de estos chorlitejos que pasan por las costas
cántabro-atlánticas proceden de los países escandinavos y de más al Norte,
quizá del mismo norte de Siberia, pues éstos emigran mucho más al Sur que
los que se reproducen, por ejemplo, en Gran Bretaña. Otros proceden de
Islandia y existe una recuperación de un Chorlitejo, anillado en Groenlandia
y capturado en la costa francesa próxima a Guipúzcoa. Todas las costas
cantábricas y atlánticas de la Península Ibérica registran recuperaciones de
chorlitejos anillados. Destaca, sin embargo, la costa portuguesa, y en
España, Cádiz. Muchos vuelan en grandes bancos cerca del litoral, pero otros
parecen llegar a través del Golfo de Vizcaya, volando a baja altura. En general, los pájaros
viajan rápidamente y las recuperaciones indican un promedio no superior al
mes desde Escandinavia a las costas cantábricas. Por ejemplo, de Ottenby
(Suecia) a Asturias en 22 días, unos 2.120 km. de recorrido. De Finlandia a
Guipúzcoa, en 30 días, unos 2.900 km. Y en 24 días también desde Finlandia a
Santander. Una notable: a los 27 días de ser anillado el Chorlitejo desde
Ottenby (Suecia) hasta Alicante, nada menos que 2.320 km en línea recta, que
a buen seguro no fue la que siguió el pájaro Las capturas empiezan muy
pronto, en agosto, mes en el que ya se ven los primeros bandos de migrantes
Septiembre y octubre dan el mayor número de recuperaciones en Iberia |