Búho Campestre Asio flammeus
Aunque el plumaje es
diferente y carece de las largas orejas del Búho Chico, el Búho Campestre
Asio flammeus, puede ser confundida con aquel en una somera observación
cuando se la ve volar.
Inmediatamente, si pasa sobre el observador se
distinguen dos manchas oscuras en el vértice flexor de las alas como las que
tiene también el Búho Chico, pero sus largas alas y la costumbre de volar en
pleno día sobre terreno despejado no deben ocasionar dudas sobre su
identificación. El plumaje de los adultos es muy variable de unos pájaros a
otros y puede ser pardo amarillento o rojizo por encima, muy moteado con
puntos marrones o negros y unas manchas blancas visibles normalmente al
desplegar las alas. El disco facial está muy marcado y es de color blanco
sucio o pardusco con un borde blanco muy nítido y la equis blanca de la cara
también muy notoria. Tiene unas pequeñas «orejas» formadas por plumas
marrones mucho más cortas que las del Búho Chico y que no son dato para la
identificación, porque, en general, las lleva recogidas salvo cuando está
alarmado. Si un ejemplar se coge en la mano llama enseguida la atención su
gorguera blanca con un punto negro en cada pluma. Las partes inferiores
varían también mucho individualmente desde el amarillento al pardo leonado y
están muy rayadas de marrón oscuro. Los muslos y las patas hasta los dedos
están cubiertos de plumas pardo amarillentas. Los ojos son amarillos. La
cola tiene bandas marrones sobre un fondo general pardo. Casi siempre el
pájaro en el conjunto de su plumaje produce la impresión de ser pardo
leonado todo él y en su estructura, cuando se le ve volar, destaca mucho la
gran cabeza, muy redonda y desproporcionada para el tamaño del ave.
Prácticamente es muy parecido a la Lechuza Común, pero por supuesto el color
es totalmente diferente. En
España su reproducción ha sido esporádica hasta la década de 1990,
ahora hay una población estable que se reproduce sobre todo en la meseta
norte castellana, con un total aproximado de mas de 300 parejas. Es una
migrante regular e invernante. Habita con preferencia
campo abierto cercano a marismas y aguazales. Canales con vegetación
acuática y carrizales son fundamentales en su biotopo. Vuela al descubierto
a baja altura sobre el suelo con las alas largas y estrechas bien
extendidas, dando la impresión de un ave de presa diurna con cuerpo y cabeza
de búho. También planea y entonces son visibles las machas negras de las
alas. Se posa normalmente en el suelo, adoptando una característica actitud,
inclinándose hacia adelante de manera que parece a veces que va a caer de
cara. También se posa en arbustos y árboles, esto más a menudo en época de
cría. En invierno se ve ocasionalmente posada en postes de cercas y
alambradas que rodean aguazales y junqueras. Tucker que conoció bien esta
lechuza de observarla en Gran Bretaña, considera que su vuelo es lento y
silencioso; cuando caza lo hace onduladamente y realizando giros en el aire
hacia abajo, pero otras veces este vuelo es más directo y a mucha mayor
altura. Las puntas de las alas suelen estar dobladas hacia arriba en forma
de arco y los batidos son lentos y regulares. Normalmente caza sus presas en
el suelo, pero también atrapa pequeños pájaros al vuelo. Se dice que en
zonas de llegada de aves migradoras captura muchas, con frecuencia más de
las que puede comer y entonces las esconde bajo la hierba y vuelve después a
buscarlas. La abundancia de este
pájaro en los países europeos donde habitualmente se reproduce en buen
número, parece ligada muy directamente con la aparición de plagas de
roedores. Bannerman señala como presas más habituales al Ratón de Campo, no
faltando las musarañas, ratas e incluso gazapos de conejo. En las
egagrópilas recogidas los restos de pequeños pájaros son muy abundantes y
naturalmente entre ellos las especies son muy diversas. La voz en sus zonas de
cría es una especie de gemido en tono bajo ¡bu-bu-bubu...! que en realidad
es una sola nota repetida con insistencia y que resulta monótona. Otros
sonidos son menos destacados y no se diferencian de los lanzados por otras
especies. La reproducción comienza
en general más tarde que la del Búho Chico, dato no extraño para una especie
que en gran parte es migradora. Los vuelos nupciales comienzan a poco de
llegar a la zona escogida en el mes de marzo. Como el Búho Campestre es en
parte de costumbres diurnas, no ha habido necesidad de recurrir a
información supuesta, y muchos ornitólogos han podido contemplar las
evoluciones de una pareja de búhos de esta especie en vuelo de celo. Cuando
los machos se elevan a gran altura hasta perderse de vista y descienden
seguidamente, chocan las alas produciendo un extraño chasquido que recuerda
el producido por una bandera al ondear con fuerte viento. La Búho Campestre no
construye propiamente un nido, pero procura acercar la vegetación próxima
formando un círculo alrededor de los huevos. Este somero nido puede estar
situado en el suelo donde el pájaro ha excavado un pequeño hueco o en un
agujero en el brezo (Erica) o entre carrizos (Phragmites) o hierba. En él deposita
de 4 a 6 huevos, aunque se señalan puestas de más de 10 huevos que
probablemente están en función de la abundancia de alimento. La fecha normal
de puesta es la última decena de abril y aún los primeros días de mayo. Los
huevos son blancos y de forma elíptica y el promedio para 100 recogidos en
Gran Bretaña fue de 40,1 x 31,8 mm. La hembra incuba sola
durante 24-28 días a partir de la puesta del primero. Como entre éste y el siguiente medía un intervalo de 24 horas, en
puestas grandes los pollos nacen con una gran diferencia. Incluso se señalan
períodos entre uno y otro huevo de una semana (Jourdain 1940). Se dice
también que la hembra incuba parcialmente los primeros días, de forma que
así se evitan las diferencias en el crecimiento. Como otras aves que crían
en el suelo, las jóvenes lechuzas, aún vistiendo parte del plumón blanco
ligeramente crema o rosado, dejan el nido a partir de los doce días en
ocasiones, pero más a menudo a los 15-17 días. No vuelan hasta los 25 días.
Mientras permanecen ocultas entre la vegetación son alimentadas por la
hembra con las presas que el macho trae continuamente, de forma que su
desarrollo es rapidísimo. La
reproducción de la especie alcanza un alto nivel cuando abundan los
roedores. Ya se sabe que en los países del norte de Europa algunos años los
ratones y otros micromamíferos alcanzan altas cotas. Como consecuencia de
ello, parece comprobado que el Búho Campestre desarrolla un alto poder
reproductor en forma de efectuar una elevada puesta de huevos, que puede
alcanzar la cifra de 14. También se dice que ha sido bien comprobada la
doble nidificación en los mismos años de superabundancia de pequeños
mamíferos. Su
área de cría está muy extendida por el norte de Europa. Parte de la
población europea es migradora y alcanza nuestros campos a partir del mes de
septiembre, invernando muchos búhos aquí pero siguiendo otras hasta el
noroeste de Africa donde ya se han hecho observaciones en el Sahara
Occidental y realizado capturas en Senegal. Las poblaciones más norteñas, es
decir, las que se reproducen en el norte de Rusia y países escandinavos
parecen ser las que tienen una mayor tendencia dispersiva, recorriendo
mayores distancias. Aunque no es especie muy anillada en Europa, ha dado
hasta ahora un alto índice de recuperaciones, en especial en los países
situados más al Sudoeste de su zona de cría. La población británica que
antes se consideraba sedentaria, parece ahora claramente establecido a
través del anillamiento que es en parte también migradora, desde que se han
recuperado varios de estos búhos anillados, en Bélgica y sudoeste de
Francia, por lo que no sería descabellado pensar que algunos de las que se
observan en el litoral cantábrico en el invierno no sean de procedencia
exclusiva nórdica. Bernis (1967) cita varias recuperaciones habidas en
Iberia: uno anillado como pollo en el nido en Holanda fue capturado después
de tres años en Valladolid en octubre; dos anillados en Alemania se
recuperaron en Orense en enero y en Ribatejo (Portugal) en diciembre y, por
último, otro, que había sido anillado como pollo en Suecia, se capturó en
noviembre en Santander. |