Flamenco Común

 

 

 

 

Phoenicopterus roseus 1,60 m.

En las salinas andaluza los flamencos recorren las aguas someras, chapoteando incansablemente aquí y allá en busca de comida, con su curvado pico sumergido para filtrar del agua cualquier partícula orgánica aprovechable. Con sus largas patas rosadas y su desmesurado cuello semejan extrañas aves trasplantadas de una laguna africana. De repente, el bando se alarma y comienza a elevar pausadamente el vuelo, rasando el agua; una llamarada rojiza alegra el azul del cielo y se deja escuchar una fuerte algarabía.

Muy sensible a las condiciones externas, la reproducción de estas aves está constantemente amenazada y con frecuencia no llega a buen fin; la acción humana, la amenaza de otras aves, el mal tiempo, el ruido de los aviones y otras variadas causas son factores que pueden provocar el fracaso de la reproducción e incluso el abandono de ésta una vez iniciada. Por tal razón se conocen en España muchos intentos fallidos de nidificación.

Extremadamente gregarios, en las colonias de cría pueden llegar a anidar miles de parejas cuyos pollos se agrupan en bandos bajo la vigilancia de algunos adultos.

 

Identificación: Gran ave zancuda blanca y rosa; parte anterior de las alas roja y parte posterior negra; cuello muy largo; patas rosas; pico corto, grueso y curvado hacia abajo, rosa con punta negra; los jóvenes son pardo-grisáceos sin rosa; sexos iguales.

Nidificación: Anida en colonias sobre orillas, islotes de lagunas o salinas; nido de barro aparentemente construido por ambos sexos, en forma de tronco de cono y ligeramente cóncavo por arriba; puesta, de mayo a junio, 2 huevos blancos; la incubación, es realizada por ambos sexos, y es de unos 30 días; los pollos dejan los alrededores del nido al cabo de 2 semanas, y reunidos en guarderías son vigilados por los adultos.

Alimentación: Materia orgánica del limo, algas, pequeños moluscos, crustáceos, insectos y larvas.

Hábitat: Marismas y zonas palustres.

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