Escribano Hortelano

 

 

 

 

Emberiza hortulana 15 cm.

El Escribano Hortelano lanza su canto desde un posadero, normalmente roquedo, arbusto o copa de un árbol, repitiendo constantemente una corta frase «tii-tii-tii-tii»; las primeras notas son suaves y piantes, y la última es de un tono distinto, más alto o más bajo.

Verifican un cortejo nupcial ritualizado, en el que el macho empieza por colocarse frente a la hembra con la cabeza levantada, para exhibir su babero amarillo, al tiempo que pega la cola al suelo y brinca. En algunas ocasiones puede ofrecer unas briznas de hierba a la hembra como obsequio simbólico, incitándola a anidar.

A excepción de la época de nidificación, el Escribano Hortelano es un ave discreta y silenciosa. En otoño abandona la Península, viajando, en solitario o en bandos reducidos, sobre todo de noche y con el alba. Durante el día se acantona en rastrojos y campos labrados. En sus movimientos migratorios coincide a menudo con los bisbitas arbóreos, que suelen utilizar los mismos terrenos para reponer fuerzas. A finales de marzo aparecen los primeros inmigrantes, que viajan con más frecuencia durante el día.

 

Identificación: Cabeza, pecho y bigoteras gris-verdoso oliváceo; mentón y garganta amarillos; partes superiores y alas pardas, listadas de negro; partes inferiores, ocráceas rosadas; anillo ocular amarillo; hembra más apagada, con la cabeza listada.

Nidificación: Nido, construido por la hembra, generalmente en el suelo, al abrigo de una mata; puesta, de mayo a junio, 5 huevos con fondo blancuzco violáceo con marcas redondas; incubación, generalmente por la hembra, de unos 12 días; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido a los 10-13 días, poco antes de poder volar; a veces una segunda cría.

Alimentación: Granos, brotes, hojas nuevas; pequeños insectos, sobre todo en verano y para cebar a los pollos.

Hábitat: Cultivos.

Más información