Chocha Perdiz

 

 

 

 

 

Scolopax rusticola 34 cm.

 

 

La Chocha Perdiz es un ave limícola que se ha acostumbrado a vivir en terrenos menos húmedos que los que habitualmente frecuentan aquéllas, especialmente en bosques abiertos por desbroces. Tienen los ojos colocados en posición alta y retrasada en la cabeza, por lo que su campo visual es casi circular, lo que le permite estar pendiente de sus enemigos incluso cuando busca en el suelo lombrices e insectos.

Al amanecer y al atardecer, en primavera y verano, el macho serpentea lentamente sobre las copas de los árboles, en un errático vuelo de celo – un cortejo territorial – en el que el ave recorre los límites de su dominio en el bosque. Mientras vuela, la chocha emite dos tipos de grito: un extraordinario croar, como de rana, repetido varias veces, y un silbante «psssip» de tono alto. Este pausado vuelo es muy diferente a su manera de volar cuando se la levanta de su escondrijo bajo los sotos, entonces se lanza al aire y se escabulle velozmente entre los árboles, desapareciendo otra vez entre la maleza.

Aunque el área de cría de la chocha en España se reduce a puntos de la cordillera Cantábrica, Pirineos y localmente a sierras centrales, llega en gran cantidad para invernar. Muchas vuelan sobre el mar, posándose breve tiempo en playas y malezas cercanas.

 

Identificación: Robusta; pico largo; plumaje rojizo con cabeza y partes inferiores barradas; sexos iguales.

Nidificación: Nido en hoyo forrado con hojas secas; pone, de marzo a junio, 4 huevos gris blancuzco a castaño, densamente marcados con castaño-rojizo y manchados con gris ceniza; incubación, alrededor de 21 días, sólo por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido a las pocas horas de nacer; dos crías.

Alimentación: Lombrices, escarabajos, otros insectos y sus larvas; pequeños moluscos; algunas semillas y hierba.

Hábitat: Bosques.

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