Carbonero Garrapinos

 

 

 

 

Periparus ater 11,5 cm.

Este párido es fácilmente reconocible por la mancha blanca de su nuca. Es menos intrépido que la mayoría de sus congéneres y no está tan brillantemente coloreado; pero constantemente llama la atención por su claro y agudo canto. Las notas más características de este canto, una versión piante del sonido de ‹‹afilar›‹ producido por el Carbonero Común, son ‹‹tsitiú-tsitiú-tsitiú›› y un triple ‹‹tsii››, seguido por un trino.

Sus territorios favoritos son los bosques y cualquier lugar en que haya árboles sueltos, particularmente pinos, abetos y otras coníferas. Crían en cualquier agujero adecuado, en un árbol, talud o muro, utilizando frecuentemente los nidos artificiales. Durante la incubación el macho alimenta a la hembra, y si un enemigo potencial se aproxima, ésta aguanta sobre los huevos hasta el último momento, en el que se echa a volar silbando airadamente.

En invierno los garrapinos se unen a menudo a otros carboneros, agateadores y reyezuelos en bandos que vagabundean forrajeando por los bosques. Se han observado dos diferentes cortejos nupciales: en uno el macho corteja levantándose y agachándose con la cola erecta, alas péndulas y plumaje esponjado; en el otro, se inclina hacia delante con la cola extendida y meneando las alas.

 

Identificación: Cabeza negro-azulada brillante, con una mancha blanca en la nuca; dorso pardo oliváceo ocre, partes inferiores claras excepto el babero negro; sexos iguales.

Nidificación: Ambos sexos construyen nido de espeso forro de pelos y plumas con una base de musgos, en agujero de árbol, talud o pared; pone, en abril-mayo, de 6 a 10 huevos blancos con motas pardo-rojizas; incubación, unos 14 días, sólo por la hembra; los pollos, cebados por ambos padres, vuelan tras unos 16 días.

Alimentación: Insectos, incluyendo escarabajos, moscas y sus larvas, y orugas; arañas; semillas de cardo y otras herbáceas.

Hábitat: Bosques.

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