Avetoro Común

 

 

 

 

 

Botaurus stellaris 75 cm.

En una cálida noche de mayo, un sordo mugido asciende de los carrizos y resuena a lentos intervalos regulares por toda la charca. El «toro de los pantanos» no es más que una gruesa garza pardusca, el Avetoro Común, cuyo grito ha intrigado muchas veces a los ribereños de las lagunas. Se ha creído durante mucho tiempo que el ave producía este sonido soplando con el pico dentro del agua o gargarizando. En realidad la emisión sonora tiene lugar al aire libre. El avetoro aspira grandes bocanadas de aire que exhala convulsiva y sonoramente, y es esta vibración grave, debida al paso del aire por la tráquea, la que produce el «ujuump-ujump-ujump».

De costumbres solitarias y perfectamente discreto, habita principalmente carrizales muy densos. Si se le sorprende, se le encuentra inmóvil, mezclando su plumaje con las matas de carrizo, con el cuello y el pico apuntando hacia el cielo, mientras que los ojos, situados lateralmente y muy móviles, siguen al intruso.

Abundante en otros tiempos en toda la zona mediterránea española, su número ha decrecido alarmantemente a causa de una desmesurada caza, motivada sobre todo por la tradicional costumbre de comerse tanto los pollos como los adultos.

 

Identificación: Plumaje pardo densamente moteado y listado con castaño oscuro y negro; patas y dedos verdes; sexos iguales.

Nidificación: La hembra construye un desordenado montón de juncos y otro material, normalmente en agua con espesa vegetación; puesta, de abril a mayo, de 4 a 6 huevos oliváceos; incubación, alrededor de 25 días, por la hembra; los pollos, alimentados por la hembra, dejan el nido a las 3 semanas, volando tras unas 8 semanas.

Alimentación: Ranas y pequeños peces; ratas de agua, escarabajos de agua, larvas acuáticas, ninfas y libélulas; algunas aves pequeñas y pollos; hierbas acuáticas a veces.

Hábitat: Marismas y zonas palustres.

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